ENANA ROJA
Tirantes recuerdos
Tartamudas palabras
Rojos
Verdes
Azules
Composición catódica de vivo cromatismo
Más también hay grises y pardos
Caos e injusticia
Dolor y angustia
Mi mente amputada lucha por purgarse
Cuchillos afilados
Punzantes: danzan sobre mi alma,
puedo escuchar su chirriante martirio.
A cada paso, trote fúnebre
En cada gesto, caricias macabras
Mi corazón ansía virtud
Mi alma anhela libertad
Mis ojos señalan belleza
Mi rostro pulcritud
¿Qué es la belleza pues?
Más allá de los límites del arte desconozco este personaje
Maldita función de un juego lúgubre.
Una eterna disertación de fuerza espiritual.
Y yo, yo me colapso, cual enana roja colmada de energía
Una supernova explosiona en mi ser
Cruda naturaleza susurrante
Yo susurro: ¡Y SE HIZO LA LUZ!
ACORDES ÍGNEOS
Mueves tus extremidades inferiores, y el aire hace sonar los acordes del verano.
De ese estado estival de perpetuación del entorno.
Enmudece entonces el paisaje y el tiempo eclipsa el viento.
Tiempos de pensamientos caducos, de caducos perfumes.
Muros ígneos
Zumbidos
Ya suenan acordes de luz.
Fotones en clave de Fa.
Agitas tus antenas, y el aire llora. Aun más: solloza.
Sus movimientos espasmódicos dibujan formas como un florete.
Como un sutil giro de muñeca de un maestro de esgrima.
Como una marcha lúgubre.
Ya suenan acordes
La armonía de la histeria
Austera histeria estival.
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