Eregido
de entre
errantes
Tras el siseo
que muda a
supina forma
La voz testaruda
constante
exhuma fonemas
Apuñala verbos
Silencia la honestidad
de sus dunas
de sus piélagos
condenada
tartamuda
diezmada
por eones de plagas
Y aún
saboreo
el escorzo
que mis luceros
descomponen
en pigmentos minoicos
Dichoso y atento
perpetuamente
Prolífica virtud
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